Seguro que intentas cuidar tu piel facial lo mejor posible, pero quizás no seas consciente de estar cometiendo errores que pueden perjudicarla seriamente. Los profesionales de dermatología estética de Parla nos hablan de los errores más comunes en el cuidado de la piel facial, ¡no los cometas!
Para tener una piel sana, tersa y luminosa es fundamental la hidratación del organismo, por ello es imprescindible tomar, como mínimo, dos litros diarios de agua. Si no mantenemos la piel hidratada «por dentro» se acelerarán los procesos de envejecimiento, por muchos cuidados externos que apliquemos. Una buena dieta, como la mediterránea (frutas, verduras, legumbres…), ayudará además a que la piel absorba las vitaminas y nutrientes indispensables para mantener su firmeza y elasticidad.
Es importante lavarse la cara en profundidad, mejor con jabones naturales, para eliminar restos de grasa, de piel muerta y, especialmente de maquillaje. Si no limpiamos bien la piel facial los residuos se van acumulando, obstruyendo los poros y provocando la aparición de granos y puntos negros.
Lo ideal es enjuagarse siempre la cara con agua fría, por la mañana, antes de comenzar con la rutina de cuidado facial, el agua fría estimula la circulación sanguínea, y por la noche, tras limpiar la cara y eliminar el maquillaje, el agua fría ayuda a cerrar los poros.
Es necesario saber con certeza cómo es nuestra piel facial, si es una piel con tendencia a la sequedad, una piel más grasa, una piel mixta o una piel especialmente sensible. Además, con el transcurso de los años la piel sufre algunos cambios, por lo que también es importante tener en cuenta nuestra edad, y aplicar los productos más adecuados en cada etapa. Por último, factores hereditarios, así como anímicos, pueden igualmente influir en nuestro tipo de piel, por lo que hay que tenerlos también presentes. A la hora de escoger los productos de cuidado facial, es fundamental tener en cuenta todos estos factores, con el fin de asegurar que estamos utilizando los productos más adecuados para nuestro tipo de piel.
Si no puedes identificar tu tipo de piel, es importante que acudas a un profesional que te asesore y te indique los productos que son más apropiados para ti, nuestros dermatólogos especialistas en estética de Parla analizarán tu tipo de piel facial y te aconsejarán los mejores productos y tratamientos para su cuidado.
Sea cual sea la estación del año, escoge un cuidado diario que incorpore un filtro solar, específico también para tu tipo de piel. Ello te ayudará a mitigar los efectos adversos del sol, gran acelerador del envejecimiento cutáneo.
El sueño, junto al consumo de agua y una buena alimentación, es uno de los factores clave para mantener un rostro bello y sano. Dormir entre seis y ocho horas diarias es lo más recomendable, así lo indican multitud de estudios, dormir suficientes horas es beneficioso a nivel físico y mental, y previene la aparición de arrugas y otras afecciones cutáneas. Recuerda que por la noche tienen lugar todos los procesos de regeneración celular, un sueño reparador favorecerá este proceso en nuestra piel corporal en general y en nuestro cutis en particular.
Mientras dormimos, las almohadas se impregnan de la suciedad, los gérmenes, las células muertas… que se han ido acumulando en el rostro durante todo el día. Si no lavamos frecuentemente las fundas de las almohadas (semanalmente) éstas se convertirán en un «criadero» de bacterias que pueden erosionar nuestra piel facial. También es conveniente lavar las almohadas en sí periódicamente.
Puedes ampliar información sobre algunos de nuestros tratamientos en nuestro post: «Aplicaciones y Beneficios del Ácido Hialurónico en Estética Facial«