Se conoce como «botox» a la Toxina Botulínica, siendo realmente «Botox» una marca registrada, se trata de uno de esos casos en los que la marca acaba definiendo el nombre del producto por alcanzar gran popularidad, como ocurrió en su día con «Kleenex» o «Rimmel».
La Toxina Botulínica es una neurotoxina que se utiliza tanto con fines propiamente médicos como estéticos. En el ámbito de la estética, esta toxina propicia la relajación temporal de los músculos faciales logrando atenuar las arrugas de expresión. Cuando estamos contentos, cuando nos enfadamos, cuando estamos tristes… nuestra cara expresa tales emociones contrayendo diferentes músculos faciales, y con el paso del tiempo (y la pérdida de la hidratación natural de la piel de la cara), se van quedando «marcas» como las arrugas de la frente o las conocidas como «patas de gallo». Con el botox logramos que los músculos se relajen y se difuminen esas arrugas faciales, logrando un gran efecto de rejuvenecimiento facial.
El tratamiento de estética en Parla con botox es mínimamente invasivo, rápido, seguro e indoloro, y no requiere ningún tipo de anestesia ni preparación previa. Además, se lleva a cabo en una única sesión. Consiste en infiltrar pequeñas cantidades de botox a través de microinyecciones que se aplican en el músculo responsable de la formación de la arruga, relajándolo así temporalmente. La sesión dura unos 15 minutos y los efectos son visibles a partir de las 48-36 horas.
Además de difuminar las arrugas de expresión, el tratamiento de estética en Parla con botox es también un tratamiento de carácter preventivo, ya que evita tanto la formación de nuevas líneas de expresión como que se hagan más profundas las arrugas ya existentes.
Aunque es un tratamiento sencillo de aplicar, es muy importante que lo lleve a cabo un profesional especializado como es el caso de los médicos de nuestro departamento de estética en Parla. Antes de aplicar un tratamiento de botox, nuestros especialistas estudian en detalle el rostro de la persona a tratar, analizando sus características y el tipo de arrugas de expresión facial, algo imprescindible para posteriormente aplicar el tratamiento más adecuado para cada paciente en particular.
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En el ámbito de la estética, el botox se aplica habitualmente en las zonas del rostro en las que más incidencia tienen las arrugas de expresión, con el fin de lograr un gran efecto de rejuvenecimiento facial. Estas zonas suelen ser: la frente y el entrecejo, las líneas que se forman en los extremos de los ojos (las «patas de gallo»), las comisuras de los labios y las arrugas que parten de ambos lados de la nariz hacia la boca y que se forman especialmente cuando nos reímos. El botox también se utiliza para delinear el contorno de la cara, para redibujar las cejas y para algunas zonas de cuello.
Es importante aclarar que el botox no es una sustancia de relleno en el sentido de que no confiere un mayor volumen a las zonas tratadas, sino que su función es difuminar las arrugas, por ejemplo, no se inyecta en los labios.
Los resultados duran entre 4 y 6 meses, dependiendo del tipo de tratamiento seleccionado y de las características de cada paciente. La pérdida del efecto es gradual, la piel facial tratada no sufre, y simplemente vuelve al estado previo al tratamiento, si bien, gracias al efecto preventivo del botox, las arrugas no han profundizado, y el rostro puede llegar a mostrar incluso mejor aspecto que antes del tratamiento.
No hay una edad determinada para empezar a aplicar botox, es aconsejable su uso cuando las arrugas de expresión empiezan a mostrarse más marcadas y profundas, en términos generales entorno a los 30-35 años. No obstante, debe ser el profesional médico el que determine, en función de cada paciente, cuándo es el momento idóneo para aplicar un tratamiento estético de botox.
Puedes ampliar información sobre otros tratamientos de estética en nuestra clínica de Parla en nuestro artículo: «Mesoterapia Facial con Ácido Hialurónico«.