La caries es una enfermedad que se caracteriza por la destrucción de los tejidos del diente como consecuencia de la erosión provocada por los ácidos de la placa bacteriana de la cavidad bucal. Las bacterias generan tales ácidos a partir de los restos de alimentos ingeridos que se quedan atrapados en las superficies dentales, entre los dientes, en la lengua y en las encías.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido la caries dental como un proceso localizado de origen multifactorial que se inicia después de la erupción dentaria, determinando el reblandecimiento del tejido duro del diente y que evoluciona hasta la formación de una cavidad. Si no se atiende oportunamente, afecta la salud general y la calidad de vida de los individuos de todas las edades.
La caries es una enfermedad multifactorial, en la que intervienen múltiples causas:
Higiene dental deficitaria: las bacterias proliferan en la cavidad bucal si no se lleva a cabo una adecuada higiene dental diaria. Cuanto más aumenten las colonias de bacterias, más cantidad de ácido producirán y más rápida y profunda será la erosión en los dientes.
Dieta: la dieta desempeña un importante papel en el desarrollo de la caries, la acción bacteriana se acelera en presencia de determinados hidratos de carbono de la dieta, especialmente los que se encuentran en los alimentos azucarados (repostería, refrescos, caramelos…).
Tiempo: A mayor tiempo de exposición del diente a los ácidos producidos por las bacterias, mayor riesgo de caries. Es por ello que se recomienda el cepillado dental al menos dos veces al día.
Saliva: la saliva desempeña un importante papel protector, ya que las proteínas y los minerales de la saliva minimizan las bacterias y fortifican los dientes. Personas con menor secreción salival tienen mayor probabilidad de presentar caries dental.
Anatomía dentaria: la predisposición a las caries varía entre los individuos, incluso entre los dientes de una misma boca. Así, la incidencia de caries será mayor o menor dependiendo de la morfología, composición y textura del esmalte de los dientes, la estructura dental, la forma de la mandíbula y la cavidad bocal, y la cantidad y calidad de la saliva de cada individuo.
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Etapa 1. Erosión en el esmalte: en la primera etapa del desarrollo la caries afecta al esmalte, un tejido muy duro que recubre los dientes. En esta fase la caries suele ser indolora y los síntomas son difíciles de percibir, por lo que es muy recomendable acudir a revisiones periódicas con tu dentista en Parla para que lo pueda detectar.
Etapa 2. Erosión en la dentina: posteriormente, la caries ataca a la dentina o “marfil”, la sustancia de la que está compuesta la mayor parte del diente. En esta fase, la caries comienza a ser dolorosa.
Etapa 3. Erosión en la pulpa dentaria: si no se trata, la caries sigue avanzando y puede infectar la pulpa dentaria, el tejido dental en que se hallan los vasos sanguíneos y los nervios del diente. Ello provoca ya un dolor agudo.
Etapa 4. Erosión dental profunda: en esta fase la caries alcanzará tejidos más profundos: los ligamentos periodentales, el hueso y la encía. Llegado este momento se formará un «absceso dental» (bolsa de pus alrededor del diente o la encía), tremendamente doloroso y que puede provocar la pérdida del diente.
Si bien una persona puede sentir molestias en algún diente o muela picada, en ocasiones las caries pueden ser indoloras. Por ello, tu dentista en Parla será el que determine con seguridad la existencia de una caries.
Existen varios indicadores de caries:
Ante cualquier síntoma acude al odontólogo lo antes posible, a fin de evitar males mayores. Lo ideal es acudir a revisiones periódicas con tu dentista en Parla para asegurar que todo está en orden.