Hábitos cotidianos que dañan nuestros dientes

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Habitos cotidianos que dañan nuestros dientes, mujer tapándose la boca

Los odontólogos de nuestra clínica dental de Parla nos hablan de algunos hábitos cotidianos perjudiciales para la salud de nuestros dientes

Siempre se nos insiste reiteradamente desde distintos ámbitos en la necesidad de mantener una buena higiene dental, sin embargo, no se hace tanto hincapié en abandonar hábitos cotidianos que pueden llegar a ser muy perjudiciales para nuestra salud bucodental. Los especialistas de nuestra clínica dental de Parla nos hablan de esos hábitos que debemos tratar de evitar o mejorar para conservar nuestros dientes y boca en buen estado. Si te surge alguna duda, ¡contacta con nosotros!

Cepillarse los dientes justo después de comer

Cuando ingerimos alimentos o bebidas el ph de nuestra boca fluctúa, en muchas ocasiones aumentando el nivel de acidez, por lo que si nos cepillamos los dientes inmediatamente después de comer estaremos frotando y esparciendo ácido por nuestros dientes, erosionando y dañando el esmalte dental, lo que favorece el desarrollo de caries y otras enfermedades bucodentales.

En cambio, si lo hacemos pasados al menos 30 minutos daremos margen para que nuestra saliva disminuya la acidez provocada por los alimentos o bebidas.

Morder objetos duros

Mordisquear la tapa de un bolígrafo, los hielos de una bebida, los habituales palillos de dientes u otros objetos que mordemos de forma casi inconsciente, aumenta el desgaste dental e incrementa el riesgo de sufrir pequeñas fisuras en los dientes que pueden provocar diversas dolencias.

Morderse las uñas

Además de no ser poco higiénico y de lesionar los dedos, este hábito también puede ser perjudicial para la salud bucal. Las bacterias que se encuentran en las uñas pueden causar infecciones bucodentales, así como infecciones digestivas.

Cortar cintas adhesivas, etiquetas, hilos… abrir envases, frascos, botellas… con los dientes

El que más y el que menos lo ha hecho alguna vez, sin ser consciente quizás de que es un mal hábito que puede ocasionar fisuras y hasta fracturas en la dentadura, además de generar un mayor desgaste en los dientes.

Abusar de las bebidas con gas

Este tipo de bebidas suele contener una elevada concentración de azúcares y especialmente de ácidos (carbónico, cítrico, fosfórico…) que pueden llegar a erosionar gravemente el esmalte si se consumen habitualmente, así como incrementar la propensión a padecer caries y otras infecciones.

Exceso de café o té

Estas dos bebidas cotidianas, el café y el té, no solo amarillean y provocan manchas en los dientes sino que también pueden dañar el esmalte dental, por lo que se deben consumir con moderación.

Tabaco

El efecto del tabaco en la salud en general, y la bucodental en particular, es muy negativo. Concretamente en el ámbito que nos ocupa, amarillea los dientes, favorece la aparición de manchas y sarro, incrementa la inflamación de encías, genera infecciones bucales, dificulta la cicatrización tras intervenciones quirúrgicas en la boca…

Bañarse en la piscina asiduamente

El agua de las piscinas habitualmente se mantiene en buen estado tratándola con cloro, un compuesto que puede resultar perjudicial para el esmalte de nuestros dientes si los exponemos a él en exceso. Si bien este hecho afecta principalmente a aquellas personas que se mantienen en el agua durante horas todo el año, como los deportistas de élite de deportes acuáticos, también puede afectar a aquellos que van a la piscina de manera regular para mantenerse en forma. Es importante usar un colutorio con flúor para proteger adecuadamente el esmalte de los dientes.

No limpiarse bien la lengua

Además de cepillarnos los dientes, debemos cepillarnos la lengua diariamente para completar la limpieza de la boca, la lengua es como una esponja que absorbe todas las bacterias, propagándolas posteriormente por toda la cavidad bucal con sus movimientos.

Amortizar demasiado el cepillo de dientes

Un cepillo dura como máximo tres meses, ya que con el paso del tiempo las cerdas se desgastan, acumulan bacterias y pierden efectividad en la eliminación de placa y en la limpieza bucodental en general.

No realizar las revisiones con el dentista periódicamente

Es necesario acudir al dentista al menos una vez cada seis meses para comprobar que no hay problemas difíciles de detectar, y muy aconsejable una limpieza bucal profunda como mínimo una vez al año, ya que ni el mejor cepillo logra eliminar el sarro que se va acumulando con el tiempo.

En nuestra clínica dental de Parla nos encargamos de programar tus revisiones dentales y de avisarte previamente, nuestro objetivo principal es mantener la buena salud bucodental de nuestros pacientes, para que sonrían siempre con tranquilidad. ¡Consúltanos!

Te aconsejamos consultar también nuestro artículo: «Problemas dentales más comunes en niños y adolescentes«, en el hablamos de las problemáticas de salud dental más habituales en los más jóvenes de la familia.

 

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