Las enfermedades periodontales son patologías que afectan a las encías, existiendo fundamentalmente dos tipos:
La causa fundamental de las enfermedades periodontales es una higiene dental deficitaria, lo que favorece la formación de placa bacteriana y sarro por debajo de la línea de la encía. Afortunadamente, hoy en día nuestro dentista de Parla dispone de eficaces tratamientos que permiten frenar estas enfermedades y mejorar el estado de nuestras encías. No obstante, es sumamente importante detectarlas cuanto antes, por lo que… ¡No te olvides de acudir a revisión!
En nuestra boca, la placa bacteriana se genera constantemente sobre los dientes, en los espacios interdentales, en el borde de las encías y bajo éstas. Cuando la placa se endurece se convierte en un depósito bacteriano al que denominamos sarro. Si la placa bacteriana, y el sarro, no se eliminan correctamente, se van acumulando y con el tiempo se produce una infección bucal que origina la inflamación y el enrojecimiento de las encías, así como el sangrado de las mismas, dando lugar a la gingivitis.
La limpieza bucal diaria, al menos dos veces al día, preferiblemente con cepillo dental eléctrico y utilizando hilo o seda dental, es fundamental para mantener nuestras encías sanas. No obstante, es necesario realizarse al menos una limpieza dental profesional al año para limpiar en profundidad nuestro dientes y encías, asegurando la eliminación total de la placa y el sarro acumulados. Nuestro dentista de Parla, además, realizará una revisión en profundidad para descartar posibles afecciones dentales difíciles de detectar.
Si la gingivitis no se trata de forma adecuada, evoluciona hacia la periodontitis, una patología dental mucho más grave que provoca la retirada de las encías y la formación de las denominadas «bolsas periodontales», espacios que aparecen entre la encía y el diente que acumulan bacterias. La erosión que provocan esas bacterias, junto con la acción de nuestro propio sistema inmunológico para combatirlas, acaba afectando al hueso y los tejidos que soportan al diente, de tal modo que el diente empieza a aflojarse y moverse, e incluso puede llegar a caerse. Un problema añadido es que en una encía enferma puede no haber soporte, debido al deterioro sufrido, para colocar puentes o implantes, por lo que es necesario en primer lugar lograr que la encía sane.
Existen otros factores de riesgo que favorecen la aparición de las enfermedades periodontales, además de una higiene bucal deficiente. Los cambios hormonales de la mujer (embarazo, menopausia…), el abuso de sustancias nocivas como el tabaco o el alcohol, el exceso de consumo de bebidas y alimentos azucarados, una alimentación pobre en calcio y en flúor, la acción de determinados medicamentos y el padecimiento de algunas enfermedades como la diabetes, influyen en la aparición de problemas en las encías y exponen a padecer gingivitis y periodontitis. También existe un componente genético.
Las enfermedades periodontales pueden detectarse, además de por el enrojecimiento, la inflamación y el sangrado de las encías, por la existencia de otros síntomas como gran sensibilidad dental, dolor al masticar, mal aliento persistente (halitosis), movilidad en los dientes y retraimiento de las encías. Ante cualquiera de estos síntomas acude a revisión con tu dentista de Parla, detectar una enfermedad periodontal en fase inicial supone tratamientos más eficaces, menos dolorosos y con menor coste.
El tratamiento de las enfermedades periodontales dependerá del grado de erosión de las encías. En un primer momento, en el caso de la gingivitis, es esencial eliminar la placa bacteriana y el sarro acumulado mediante una limpieza bucal en profundidad o un curetaje. Si la enfermedad ha evolucionado hacia un estado más grave (periodontitis), puede ser necesario recurrir a la cirugía para limpiar los depósitos de sarro que han alcanzado zonas más profundas y/o reducir las bolsas periodontales. Si los tejidos de soporte del diente y el hueso están gravemente dañados, entonces será necesario acudir a técnicas más complejas de regeneración o reemplazo de los tejidos dañados.
Puedes ampliar información sobre cómo mantener tu boca sana en nuestro artículo: «Consejos para una buena salud bucodental«